Siempre la quisiste, como a una novia. Cuántas radios destripadas, para que terminaran en tus manos sus válvulas. Aquella lucecita tenue, compañera de la noche cuando se escuchaba La Voz del Aire o la Imparcial o la Independencia a oscuras antes de dormir. Vivan las válvulas, abajo los transistores.
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Siempre la quisiste, como a una novia. Cuántas radios destripadas, para que terminaran en tus manos sus válvulas. Aquella lucecita tenue, compañera de la noche cuando se escuchaba La Voz del Aire o la Imparcial o la Independencia a oscuras antes de dormir.
Vivan las válvulas, abajo los transistores.
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