viernes, 10 de octubre de 2008

Una vieja amiga.


1 comentario:

editorial dijo...

Siempre la quisiste, como a una novia. Cuántas radios destripadas, para que terminaran en tus manos sus válvulas. Aquella lucecita tenue, compañera de la noche cuando se escuchaba La Voz del Aire o la Imparcial o la Independencia a oscuras antes de dormir.
Vivan las válvulas, abajo los transistores.